Se acabó. En estas elecciones se ha producido, por fin, la muerte política de Juan Carlos Benavides Yanguas, el señor que ha sido concejal del Ayuntamiento de Almuñécar ininterrumpidamente desde los primeros comicios municipales. Y ha sido una muerte dolorosa.

En términos numéricos, Convergencia Andaluza ha perdido un concejal gracias a los votos que ha conseguido VOX, cosa que se preveía puesto que comparten votantes, y no ha conseguido eliminar al de IU, uno de sus objetivos prioritarios y el que le ha estado ocupando y preocupando durante muchos años.

En términos políticos, la corrupción, la venganza, el insulto, la mentira, la calumnia, el enfrentamiento personal constante, el desprecio y el acoso a quienes piensan diferente ha sido derrotado. Y ha sido derrotado estrepitosamente.

Asimismo, Rocío Palacios, líder del PSOE de Almuñécar, quien veía en Juan Carlos Benavides su única opción de seguir trabajando en política entrando en el Ayuntamiento de Almuñécar, pese a los graves insultos machistas a los que la sometió en su día, ha conseguido los peores resultados de su formación en toda su historia en Almuñécar.

La debacle del PSOE no ha sido casual. Las aspiraciones personales de la lideresa del PSOE almuñequero, su ansiedad por conseguirlas y la falta de dignidad, le han llevado a no sólo ir de la mano de Convergencia Andaluza durante toda la legislatura, incluso defendiendo las políticas de esa formación, sino a ejercer las mismas formas que el líder convergente.

En términos estrictamente democráticos, estas elecciones han sido una victoria de las personas de bien de Almuñécar y La Herradura, independientemente del voto que hayan depositado.

La mala noticia: el PP ha sacado mayoría absoluta. Tendremos 4 años para criticar y denunciar todo aquello que desde Almuñécar Unida para la Gente estimemos conveniente. Ahora, toca felicitarlos y reconocer que el próximo alcalde de Almuñécar ha salvado con creces los muebles de su formación política, dado que daba la impresión de que el mandato de Trinidad Herrera estaba sufriendo un agotamiento, tanto en términos internos como externos.

Almuñécar Unida para la Gente consigue resistir. Y no es poco.

Al margen de la ilusión que hemos puesto en esta campaña y la esperanza de conseguir unos resultados que, por lo menos, hagan justicia al trabajo realizado, hay que tener en cuenta que nos hemos enfrentado a una campaña brutal por parte de quienes tienen la corrupción como forma de hacer política.

Si bien es cierto que el acoso al que nos han sometido viene de lejos, dado que en toda la legislatura ha sido una constante en RRSS y en la calle, en esta campaña electoral hemos tenido que vivir situaciones que sólo alguien como Juan Carlos Benavides puede provocar. Una nueva forma de corrupción se ha escenificado en Almuñécar en estos comicios y tienen el sello de Benavides.

Hemos denunciado públicamente que la lista electoral que había presentado Podemos estaba compuesta por militantes de Convergencia Andaluza y personas que no residían en el municipio.

Denunciamos públicamente que los militantes de Convergencia Andaluza, algunos de ellos en la lista de Podemos, repartían publicidad de las dos formaciones políticas conjuntamente.

Denunciamos públicamente que esto era una treta para intentar eliminar de la escena política a Izquierda Unida dividiendo el voto de la izquierda, y que esta situación se había producido con el concurso y la complicidad de Manu Ríos y Alejandra Durán, dirigentes de Podemos a nivel provincial.

Por otra parte, deberían explicar, como dije anteriormente en un artículo, quién ha financiado la campaña de Podemos en Almuñécar, puesto que desconocemos quién ha podido pagar tal cantidad de propaganda que, dicho sea de paso, era para denostar a Izquierda Unida y no para informar de sus propuestas.

Curiosamente, ningún medio de comunicación prestó atención a esta situación. Hechos que, a mi entender, son muy graves.

El esfuerzo por equipararnos con el PP ha sido enorme. De hecho, Rocío Palacios, la única persona de la actual corporación que ha gobernado con el PP, también ha utilizado la misma estrategia para intentar denostar a Izquierda Unida. Más cinismo no tiene lugar.

No cabe duda que esta situación nos ha pasado factura en lo electoral. Pero, sépanlo ustedes, también en lo personal.

En nuestra organización hay personas, sobre todo nuestros concejales o el coordinador de Izquierda Unida, que han sufrido directamente los ataques de quienes siempre han pensado que el Ayuntamiento de Almuñécar era su cortijo.

Enfrentarse a la mafia tiene un coste. Algunos de nuestros compañeros podían haberse mantenido al margen sin necesidad de recibir los ataques a los que se han tenido que enfrentar, sólo porque han sido las cabezas visibles de un proyecto en el que sólo eran los portavoces. Podían haber vivido sus vidas con la tranquilidad de no ser el centro de la diana de los corruptos y de sus seguidores, con lo que eso supone.

También ha tenido un coste para quienes en Podemos han visto como su propia dirección se saltaba los acuerdos de la organización local y colaboraba con la mafia. Imagínense ustedes ser traicionados por “los tuyos”, por los que has dado la cara y hecho campaña para que Alejandra Durán, por ejemplo, sea parlamentaria andaluza.

Y pese a la campaña de acoso y derribo y al desgaste propio que supone adoptar un mal menor, hemos resistido. Mal que le pese a muchos. Mal que le pese a “propios” y a extraños.

Por mi parte, mostrar mi admiración a mis compañeros/as y agradecerles la lealtad a un proyecto político que va más allá de acabar con la corrupción, aunque este sea un objetivo fundamental del mismo, y que siempre, siempre, ha sido colectivo, fruto de un trabajo y debate conjunto.

También quiero agradecer a la dirección provincial de Izquierda Unida, concretamente a Mari Carmen Pérez y Manuel Ortiz, y a Manuel Morales cuando fue coordinador provincial, la comprensión y el compromiso con Almuñécar. Siempre han estado, pese a todo lo anteriormente expuesto.

Me gustaría quedarme con cosas como estas, que es a lo que nos hemos dedicado estos años: acabamos con la zona azul por las tardes y abaratamos las tarifas. Hemos conseguido que el bus sea gratis para nuestros jubilados y pensionistas. Conseguimos parar un PGOU depredador que buscaba el beneficio de promotoras y constructoras y hemos aportado nuestra visión a uno nuevo basado en el interés general. No hay ningún campo de golf en nuestras vegas (y espero que así siga siendo, sea en las vegas o no). Hemos conseguido llegar al 40% la bonificación del IBI a las familias numerosas, según renta. Se ha multiplicado por 40 lo que pagaban los bancos por los cajeros automáticos en nuestras calles, de 25€ a 1000€. La instalación de placas solares en los edificios públicos. Hemos conseguido recargar el acuífero y el pago de la misma. Que se construya un nuevo mercado público. Que no se celebren actividades que impliquen maltrato animal. Y otras medidas, no tan relevantes para mí, pero que sí lo son para muchas personas de nuestra ciudad, como son la apertura de dos parques caninos.

Y como no, hemos conseguido enterrar políticamente a quien ha sembrado de odio y corrupción nuestra maravillosa ciudad.

Para mí ha sido un orgullo ser parte de todo lo que ha conseguido Izquierda Unida todos estos años y caminar al lado de gente comprometida con su ciudad y en contra de la corrupción. Con eso me quedo.

Hemos resistido, pero no nos vamos a quedar instalados ahí. Seguimos.

Juan José Boto Garrido, secretario saliente del Grupo Municipal de Izquierda Unida