El Sr. Benavides llama esquirol al candidato de Adelante Almuñécar, al que convierte en chivo expiatorio de no estar en el nuevo gobierno municipal.

Que es como si Carmena se hubiera puesto a alborotar contra el acuerdo de Cs con Vox que le quitó la alcaldía de Madrid. Ella sabe que perdió la alcaldía, aunque tuvo muchos votos, porque no tuvo los suficientes. Benavides también sabe que no consiguió la alcaldía porque le faltaron unos pocos votos para sacar el concejal nº 8 y asegurar que sus rivales no pudieran sumar 11. Perdió en las mesas de La Herradura, donde se dejó el 14% de sus votantes que fueron a parar al candidato de Cs, tantos años dentro de sus filas.

Se pierden las elecciones así, uno mismo; llamar esquirol a otro partido que no es de los tuyos, está fuera de lugar.

Benavides ha practicado durante años una especie de peronismo a la española que le ha dado muy buenos resultados, ha cultivado un bloque de voto popular que ha ido desde los pobres a las élites locales, pero en las 3 últimas legislaturas ha obtenido sólo 7 concejales de 21. Eso está lejos de la hegemonía que tuvo y ha tardado en entender que tejer alianzas no se improvisa de la noche a la mañana.

Encabezaba la lista más votada con esos 7 concejales y lo tenía todo a favor: tan sólo neutralizar un voto de los 11 que podían sumar mayoría, tan sólo un voto nulo de los emitidos en secreto el día de la investidura. Aun no entiendo que no haya podido conseguirlo.

Algo no es como antes.